La llamada crisis que, unos mas que otros, todos padecemos, es difícil de entender por el común de los
mortales, comprensión que se complica aun más con las interpretaciones de los
políticos, comentaristas, o tertulianos
de todo tipo que proliferan en los canales
de televisión.
Pongamos por caso
el crédito otorgado por Bruselas para la banca española, que ha
suscitado todo tipo de comentarios entre
todos cuantos tienen acceso a un micrófono.
Para unos es ni
mas ni menos que un rescate como los concedidos a Grecia o Portugal, para otros, es una cesión de soberanía encubierta, los terceros
opinan que España cedió demasiado, que
aun no conocemos. La oposición no está
totalmente de acuerdo con lo aprobado (el
PSOE), Izquierda Unida lo tilda de negativo sin ambages y los
tertulianos opinan de todas las formas posibles.
Y la verdad es
que a simple vista parece un acuerdo
adecuado para la situación actual. Y así lo explicó diáfanamente el Presidente del Gobierno.
¿Por qué no aceptar
lo que parece más lógico, aunque se opine
a continuación en la forma que cada uno
quiera, partiendo de su posición inicial de disidencia?
Y en este caso,
lo aparentemente cierto es la versión oficial. Aceptémoslo, por el bien de todos. En este caso ofrezcamos una
opinión más o menos homogénea al resto de
Europa, con los matices que queramos añadir en función de nuestra posición
ideológica o política. Que nuestros socios europeos vean, por una vez, una opinión relativamente coincidente por parte de España.
José Antonio Rodríguez
Couceiro
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